Psicoterapia en español
Psicoterapia in italiano
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Se precisa intervenir cuando ya no hay un cambio espontáneo, es decir cuando el modo de resolver problemas en los asuntos corrientes de la vida ya no funciona. El malestar físico, psíquico y emocional es nuestro indicador principal.
Mi lógica de intervención es sugerir nuevas soluciones a la persona que viene en consulta con la idea o el deseo de resolver un problema personal y que a veces implica también a otras personas. Existen problemas por lo que se necesita una intervención sobre la misma persona, como por ejemplo en el caso de las fobias y las obsesiones. En otros casos la intervención requiere la presencia no sólo de la persona afectada sino también de aquellas personas involucradas directa o indirectamente en el problema, como en los casos de depresión, trastorno alimentario o de presunta psicosis.
Para que una dificultad se convierta en un problema, tienen que cumplirse sólo dos condiciones: 1) que se haga frente a la dificultad de forma equivocada; 2) que cuando no se soluciona la dificultad, se aplique una dosis más elevada de la misma solución. Entonces queda potenciada la dificultad original mediante un proceso que sigue un círculo vicioso, convirtiéndose en un problema que puede llegar a adquirir unas dimensiones y una naturaleza que se parezcan muy poco a la dificultad original.
Psicoterapia es todo tratamiento de naturaleza psicológica que, a partir de manifestaciones psíquicas o físicas de sufrimiento humano, promueve el logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud física y psíquica, la integridad de la identidad psicológica y el bienestar bio-psico-social de las personas y grupos tales como la pareja o la familia.
La lógica que guía mi intervención se centra en el comportamiento presente y a través de indicaciones de conducta (cosas que hacer o pensar) desarrollar experiencias concretas y alternativas a las de sentido común. Se trata de experiencias correctivas capaces de cambiar la percepción y las reacciones de la persona frente a la realidad.
Para que constituya un problema, una conducta tiene que realizarse de modo repetido. Un único acontecimiento puede tener consecuencias desafortunadas o incluso desastrosas, pero el acontecimiento en sí mismo no puede ser un problema, porque el problema, por definición, es una dificultad que se prolonga en el tiempo. En cambio, el preocuparse por la posible reiteración de un acontecimiento desafortunado podría constituir un problema, sobre todo, si dicha reiteración es improbable.
Una de las más nefastas convicciones en cuanto a tratamientos terapéuticos, es aquella fundamentada en que si una persona tiene un problema o patología psicológica grave y/o persistente a lo largo de varios años, su terapia deberá ser igual de complicada y extensa en el tiempo. Sin embargo, resultados clínicos han demostrado cómo es posible resolver eficazmente y en tiempo breve la mayoría de las patologías psíquicas y comportamentales.
Se trata de una intervención terapéutica usualmente breve, orientada a la extinción de los síntomas y a la resolución del problema presentado por el cliente. Precisamente, de una planificación táctica del cambio a través el utilizo de técnicas específicas para la solución de los problemas humanos. Con la terapia estratégica la persona es artífice de su propio cambio.
Una psicoterapia es buscada en primer termino, no para esclarecer un pasado inmodificable, sino a causa de una insatisfacción con el presente y un deseo de mejorar el futuro. Se precisa cambiar la situación actual y una vez establecido tal cambio, por pequeño que sea, se verifican otros cambios menores que conducen a otros más importantes, de acuerdo con las posibilidades del cliente.
Un enfoque estratégico u operativo permite al cliente abreviar el sufrimiento y ahorrar tiempo y dinero. El centro de interés de un tratamiento con terapia estratégica consiste en qué y cómo hacer para ayudar a solucionar de manera efectiva los problemas humanos persistentes.
Para la terapia estratégica la acción es parte principal de la terapia psicológica. Es por esto que las indicaciones que recibe el cliente durante el tratamiento clínico tienen que ver con acciones oportunas, simples y mágicamente eficaces.
Para la terapia estratégica la acción es parte fundamental de la intervención terapéutica. Estimula a la persona a salir de los esquemas habituales, abandonar el consejo fácil y conocer cómo construye los problemas propios en vez de saber el "porque". Resumiendo, la terapia estratégica se enfoca más en los recursos de la persona que en sus límites y evita utilizar etiquetas patologizantes.
Según la tradición psiquiátrica, en las personas que presentan anomalías en el comportamiento existe un trastorno orgánico y genético, que actuaría de causa. Un trastorno que según la perspectiva psiquiátrica no puede ser curado del todo (genéticamente es incurable), incrementando además la utilización de medicamentos con todos sus efectos colaterales. El hecho de que el trastorno es genéticamente incurable provoca en el paciente una notable dosis de resistencia a cada tentativa de curación y de cambio.
Los test psicológicos son instrumentos considerados por muchos terapeutas como indispensables para entender el tipo de problema y, por lo tanto, para saber cómo intervenir. Por desgracia, los "efectos colaterales" de los test y de los diagnósticos influyen más de los resultados que se quieren conseguir a través de su utilización. Por ejemplo, cuando un test diagnostica a un niño de hiperactividad, se espera de él que se comporte como un niño hiperactivo. Sobre la base de tal expectativa "leemos" los comportamientos de la persona bajo esta etiqueta, atribuyéndoles significados distorsionados. La etiqueta es tan potente que mucho de los comportamientos normales son ignorados por completo o mal interpretados, para hacerlos coincidir con la realidad patológica.
¡El "cómo" es la llave! La esencia de la terapia estratégica está en el preguntarse "como" las personas construyen su problema más bien del porque existe, cuál es la causa. Cada persona frente a un problema que condiciona negativamente la propia vida de forma automática intenta practicar estrategias o acciones dirigidas a resolverlo. Si los intentos de solución no funcionan el problema persiste. Entonces, el sufrimiento que cada vez se hará más agudo y fastidioso, inducirá la persona a intensificar los intentos de solución. Paradójicamente, más se reiteran, justo porque no funcionan, más agrandan el problema inicial hasta percibirlo casi irresoluble. De esta manera también la solución intentadas se convierten parte del problema.
Evidentemente no. Desde los origines de la psicología se han desarrollado diferentes teorías psicológicas sobre el funcionamiento psíquico. Diferentes teorías y por lo tanto diferentes tratamientos. Uno de los motivos de esta diversidad puede ser identificada en la complejidad del objeto de estudio, la psique.
Para lo psicólogo estratégico es una cuestión pragmática: ¿cómo puede producirse de un modo más eficaz y eficiente un cambio deseable del problema presente? Por eficaz se entiende un tipo de intervención capaz de resolver efectivamente los problemas a los que se aplica. Por eficiente, quiere decir capaz de obtener tales resultados en tiempos breves.
La primera parte de la terapia es casi exclusivamente estratégica, orientada a obtener un cambio lo más rápido posible. La segunda parte es más bien una fase marcada por experiencias para evolucionar, con el fin de consolidar los cambios terapéuticos y desarrollar confianza en los recursos personales. La tercera parte tiene el objetivo de suscitar la autoestima y el sentido de auto eficacia. En resumen, después de la reducción de los síntomas invalidantes (por ejemplo los de ansiedad), conseguido en tiempos breves y que permite al cliente recuperar el bienestar y sus capacidades personales, se hace necesario un periodo para la construcción de un nuevo y persistente equilibrio psicológico y de la conducta.
